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John William Godward fue un pintor británico cuya extensa producción, determinada por un extraordinario virtuosismo, coincide cronológicamente con el final del periodo prerrafaelista en Inglaterra. Pero la llegada de nuevas corrientes estéticas al panorama plástico europeo harán de su figura «un imitador de Alma-Tadema, con el que a veces se confunde» (Christopher Wood. Victorian Painting, 1.ª ed.), «un pedante del pincel» o «el pintor de un mundo insípido de mujeres lánguidas sentadas en bancos de mármol». Cabe mencionar en este sentido la posible existencia de una nota hallada, al parecer, junto a su cadáver y en la que el artista se lamenta de vivir en un mundo no lo bastante grande para él y un Picasso. Sea como fuese, el éxito le asistió desde sus primeras muestras, lo que —si bien hay que tener en cuenta que sus obras no alcanzaron nunca las cuantías de las de Alma-Tadema u otros maestros de la generación precedente— le permitió vivir con cierto desahogo, pese a lo cual llevó una existencia que, sin duda, se puede calificar de sobria. Su pintura, que se mantuvo prácticamente invariable a lo largo de toda su carrera, se caracteriza por un dibujo meticuloso, una precisión casi fotográfica en el tratamiento de los detalles y un colorido brillante y diáfano. Aparecen en ella una serie de elementos iconográficos extraídos de otros autores de la época como los fondos de Alma-Tadema, el tratamiento de los ropajes de Frederic Leighton, las sencillas composiciones a base de uno o, a lo sumo, dos figuras de Albert Joseph Moore o las puestas en escena de Edward Poynter. De familia adinerada, John fue bautizado en la iglesia anglicana de St. Mary de Battersea el 27 de octubre de 1861. Parece que el carácter prepotente de su padre, junto a la educación demasiado rigurosa e inflexible recibida de su madre, harán del futuro pintor un ser tímido y solitario de por vida. La madre de Godward era terriblemente severa y religiosa. Esto puede explicar el hecho de que casi nunca pintara desnudos; recurría a túnicas vaporosas de muy distintos colores. De su etapa escolar, se sabe que sus notas no fueron nunca sobradamente satisfactorias, si bien tenía fama de ser «el artista del colegio». Incluso en la casa no veían con malos ojos su destreza para el dibujo, mientras se procuraba introducirlo en el mundo de los negocios (su padre era empleado bursátil en la Life Assurance Society de Londres) o colocarlo en el despacho de un arquitecto amigo de la familia. Hacia 1877, Godward comienza a trabajar a las órdenes de su padre a la vez que en el citado taller de arquitectura donde, al cabo de dos años, el joven ha adquirido ciertos conocimientos de interiorismo y, sobre todo, aprendido a representar pictóricamente el mármol, lo que será decisivo en toda su obra posterior. Entre 1880 y 1882, estudia —a escondidas de sus padres— en las escuelas de Arte de Burlington House y St. John's Wood, relacionándose con artistas del momento como Alma-Tadema, Frederic Leighton, Edward Poynter o Albert Joseph Moore. En 1887, participa en la muestra de verano de la Royal Academy of Arts, al parecer, animado por William Clarke Wontner y sus futuros colegas de Bolton Studios, cabiendo la posibilidad de que, anteriormente, hubiera presentado alguna otra obra que fuese rechazada. En este caso, la pieza expuesta fue A Yellow Turban, que pasó desapercibida. No obstante, si se tiene en cuenta la profunda animadversión de sus padres hacia su incipiente vocación artística, el mero hecho de haber participado alentó a Godward a seguir concurriendo a sucesivas ediciones —lo que hará hasta 1905— e incluso marcharse del domicilio familiar y alquilar un taller en el n.º 19 de Bolton Studios, a finales de año. En marzo de 1892, vende la obra titulada At the Garden Shrine por 75 libras, equivalentes a unos cuatro mil quinientos euros. Si el propio Godward la describe como «una pequeña pintura vertical», se trataría de una cantidad inusualmente elevada para los patrones de la época. A partir de 1896, aparecen una serie de desnudos totales, de gran formato —según algunos especialistas, como medio de llamar la atención a fin de lograr su deseo de ser nombrado miembro de la Royal Academy of Arts—, lo que, en perjuicio de su obra, no hace sino aumentar sus dificultades a la hora de plasmar cabezas, pies o manos. Por el contrario, piezas de reducidas proporciones en las que suelen aparecer mujeres sugerentemente vestidas y que parecen constituir lo mejor de su producción serán expuestas en contadas ocasiones. Respecto a las primeras, destacan Campaspe (1896, 223,3 x 114,1 cm), Venus Binding her Hair (1897, 227,7 x 113,4 cm) o Venus at the Bath (1901, 172,1 × 61 cm), entre otras. En cuanto a los títulos de las obras, si hasta entonces apenas unos pocos hacían referencia a mujeres de las mitólogías griega y romana, desde ese momento («Andrómeda», 1896; «Briseida»…) —evidentemente, de manera aleatoria—, su utilización se convertirá para el autor en una norma fija.
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Une Vie Marquée par la Recherche de l'Authenticité Classique
John William Godward, peintre anglais né en 1861 et décédé en 1922, a laissé une empreinte indélébible dans le monde de l'art. Son style, caractérisé par une recherche méticuleuse de l'authenticité classique, reflète les valeurs esthétiques de la fin de l'époque néo-classiciste.
Les Débuts et la Formation
Né à Wilton Grove, Wimbledon, John William Godward a été formé dans la tradition classique. Il a exposé ses œuvres au Royal Academy dès 1887, marquant ainsi les débuts de sa carrière.
Carrière et Style Artistique
Influencé par Sir Lawrence Alma-Tadema, Godward a développé un style qui se caractérise par la représentation de l'architecture classique et des sujets féminins dans des contextes classiques. Ses tableaux, tels que Dolce far Niente (1904), sont emblématiques de son engagement envers l'esthétique classique.
Postérité et Légende
Malgré la perte de renom avec l'avènement de l'art moderne, John William Godward demeure un artiste majeur du mouvement néo-classique. Sa vie, marquée par une quête de perfection et d'authenticité, a abouti à une production artistique inestimable.
Liens pertinents :
- Biographie complète sur WahooArt
- Article Wikipedia sur John William Godward
Conclusion
John William Godward, en tant que peintre et artiste, a laissé une marque indélébile dans l'histoire de l'art. Sa quête de l'authenticité classique et son engagement envers les détails font de lui un exemple à suivre pour les générations futures. |
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